Es evidente que los candidatos políticos que se postulan para la presidencia de la Nación, tienen un absoluto desconocimiento del rol que cumple el mutualismo en Argentina, especialmente en lo que se refiere a la prestación de servicios de salud. Un ejemplo concreto de esto es Javier Milei, quien afirmó recientemente que el sistema de salud argentino se construyó sin involucramiento directo del Estado nacional, sino solo a través de intereses comunes entre privados.
Este planteo alimenta la argumentación general del precandidato sobre la necesidad de reducir el rol de lo estatal al mínimo, para achicar el gasto que se traduce en impuestos sobre los individuos. Lo cierto es que Milei se embarcó en una discusión con el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, acerca del origen de la salud pública de Argentina.
Tanto Milei como Kreplak expresaron posturas diferentes, pero en sus respectivas posiciones evadieron el rol del mutualismo como precursor en la materia, un proceso que se remonta al siglo XIX. Kreplak calificó a Milei de «burro y mentiroso».
Existen sobradas evidencias de que el mutualismo en Argentina fue el modelo fundador de la salud pública, a partir de las colectividades inmigrantes que una vez instaladas y en pleno desarrollo de sus actividades económicas, necesitaban brindarse herramientas de seguridad social conjunta.
Nada de esto ha expresado Milei, candidato político que tiene posibilidades de convertirse en presidente de la Nación. Alguien tendría que instruirlo acerca de la función importantísima que cumple el mutualismo en Argentina.