Una institución ejemplar del mutualismo argentino, como lo es Sociedad Militar Seguro de Vida, acaba de celebrar sus 122 años de vida. En Argentina, no son muchas las entidades de la economía social con tantos años de trayectoria al servicio de sus asociados. SMSV, así es la sigla que la identifica, fue fundada en 1901 por un grupo de unos 300 oficiales de las tres fuerzas armadas.
¿Quién fue su inspirador? Las referencias indican que en 1901 el teniente coronel Ricardo Cornell encaró la iniciativa de constituir una institución de caracter mutual que tuviera como finalidad ofrecer ayuda a las familias de los militares fallecidos. Tras lograr diversos apoyos, esa idea se convirtió en realidad en muy poco tiempo. Y así comenzó a funcionar la Sociedad Militar Seguro de Vida.
Luego de 122 años, aquella institución mutual que dio sus primeros pasos con la finalidad de brindar servicios sociales a las familias ante la partida de un ser querido, se ha transformado en la actualidad en una entidad con una gran diversidad de servicios mutuales y de ayuda económica. Además, su constante crecimiento la ha ubicado en un sitial preferencial en el contexto del mutualismo argentino. Cuenta actualmente con casi 120.000 asociados distribuidos en todas las provincias del país y con 23 representaciones en el territorio argentino.
Mirando hacia el futuro, la SMSV redobla esfuerzos con vistas a continuar su crecimiento, incorporando más y mejor tecnología para sumar mayor funcionalidad y estar a la altura de las necesidades de sus asociados, manteniendo la jerarquía de su atención personalizada, que siempre la ha caracterizado.
Sociedad Militar Seguro de Vida es un ejemplo de cómo el sector mutual argentino puede transformarse en actor protagonista de la economía real del país, brindando ayudas económicas y servicios de calidad que mejoren la vida de las personas, manteniendo siempre la solidaridad y la ayuda mutua como pilares de su accionar. SMSV cumplió 122 años combinando tradición e innovación, procurando adaptarse día a día a una realidad que demanda una elevada dosis de creatividad, acompañada de la capacidad profesional para transformar buenas ideas en acciones concretas.