En la provincia de San Juan, se encuentra una de las mutuales más antiguas del país. Se trata de la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Jáchal, una localidad del interior sanjuanino. Tiene la matrícula número 11 y se constituyó en 1913 para dar contención social, económica y servicio fúnebre a los inmigrantes españoles que llegaron a esa jurisdicción.
Por eso, el 11 de abril último se celebró en San Juan el Día Provincial del Mutualismo. Actualmente, 112 años después, sigue vigente con 80 miembros. En sus inicios, un grupo de españoles residentes en Jáchal y algunos de sus descendientes, necesitaban contar con herramientas para ayudarse entre todos.
Para eso se organizó una primera comisión presidida por Rafael García. También estuvieron al frente otros vecinos de apellido Cuelli, Salinero y Bazán, que redactaron los estatutos y establecieron el canon de las cuotas que se debía pagar para ser parte de la mutual.
Pero también planificaban acciones benéficas para juntar dinero y así cubrir lo que hacía falta. Inclusive hubo socios que llegaron a donar sus inmuebles, terrenos o parte de su patrimonio en favor de la entidad, lo que les permitió tener fondos extra para dar préstamos de dinero.
“Ayudarse fue el primer objetivo de la mutual”, cuenta Pedro Aciar, el actual presidente de la entidad que, entre otros propósitos, apostó a contribuir a la vida social del departamento norteño. Así fue cómo le dieron vida al salón de fiestas equipado de la Sociedad Española con varias dependencias: el salón España, el salón Argentina y el salón Jáchal para reuniones familiares.
En uno de estos sitios fue, donde además le dieron lugar al primer cine de Jáchal, el Cine Sarmiento, cerca del centro, el que siguió en pie hasta inicios de la década del 2000. Cuentan que ese espacio cultural realmente revolucionó el departamento.
Los socios no se perdían ni una de las películas de cinta que allí pasaban todas las semanas — había funciones para todas las edades — porque sus entradas tenían descuentos importantes.
Las mutuales, en San Juan, son fiscalizadas por la Dirección de Asociativismo, dependiente del Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, que genera programas para capacitar a los dirigentes y ofrecerles alternativas para funcionar mejor.