Una nota aparecida en el medio de difusión «Opinión Ciudadana», cuyo autor es Gabriel González Martos, lleva el título «Mucho tango para tanto curro» y revela como el INAES otorga subsidios a mutuales y cooperativas. Esos fondos se desvirtúan, porque se destinan a cualquier otra cosa, menos a los fines para los cuales son otorgados. Pero lo cierto, lo concreto, es que el INAES no efectúa seguimiento alguno de los fondos que otorga, a efectos de verificar si realmente son destinados a los fines para los cuales fueron solicitados…
El siguiente es el texto completo de la nota:
«Las comunidades de inmigrantes que se establecieron en nuestro país crearon numerosas mutuales dedicadas, entre otros fines, a fomentar la cultura, mantener las tradiciones, estimular la educación, proteger a sus miembros ante las enfermedades, la invalidez y los accidentes, así como solventar los gastos que implicaba el fallecimiento.
«Además, estas asociaciones de socorros mutuos servían para satisfacer otros objetivos y demandas de los individuos relacionados con el entretenimiento y la sociabilidad. El paso del tiempo, los cambios en las necesidades y la desaparición física de su línea fundadora, hicieron que muchas de ellas quedaran sin renovarse, acéfalas, con grandes estructuras difíciles de mantener, sin un orden institucional, etc. Algunas lograron concesionar a empresas privadas sus espacios físicos para equilibrar sus cuentas.
«Por esos vaivenes pasó la Asociación Filantrópica Italiana Unión Massalubrense de Socorros Mutuos que fue alcanzada por el Programa de Recuperación Histórico y Cultural de las Mutualidades de Colectividades desarrollado por el INAES con la finalidad de lograr su normalización institucional y la regularización de los estados contables. Su presidente es Federico Andrea Moya, quien logró encarrilar la situación administrativa de la entidad.
«Recientemente, el Directorio del INAES le otorgó un subsidio de $ 40.000.000 para invertir en la compra de “materiales para la renovación y puesta en valor de su edificio”.
«Al tratarse de una entidad porteña, nos dimos una pasadita para visitarla y poder conocer sus nuevos objetivos. Ahí fuimos, al corazón del barrio de San Telmo, frente al Parque Lezama, convertido hoy en un centro muy turístico.
«Pero al llegar a la sede de la mutual, en calle Defensa 1575, nos encontramos con una sorpresa. En ese edificio no había mutual alguna. Esa propiedad estaba alquilada, cedida, concesionada o tomada por el famoso Centro Cultural Torquato Tasso, uno de los espacios de tango más conocidos de la ciudad de Buenos Aires y visitado por miles de turistas.
«Algo no nos había quedó claro: ¿los fondos públicos otorgados por el INAES eran para refaccionar ese edificio?. Correcto. El subsidio fue solicitado por la entidad “en la intención de llevar a cabo un proyecto que le permita el desarrollo de iniciativas orientadas a puesta en renovación de infraestructura y equipamiento técnico del Centro Cultural Torquato Tasso”.
«Todo muy confuso. En ese edificio no se observaba acción mutual alguna. Profundizando en el tema, nos enteramos que el “Tasso” es propiedad de la mutual y manejado por su Comisión de Cultura. Pero su explotación es a través de una empresa privada y que cobra la entrada a sus espectáculos a valores de turistas.
«Nuestra curiosidad nos lleva siempre por mal camino. Y así pudimos conocer que Federico Moya, presidente de esta Asociación Filantrópica, se presenta como el dueño de “Torquato Tasso”, en sociedad con Agustina Albistur, hija del ex secretario de Medios del kirchnerismo, Enrique “Pepe” Albistur, casado con Victoria Tolosa Paz, ministra de Desarrollo Social y diputada electa. ¿Tenemos que seguir ahondando con los pormenores del tema? Bajo esta fachada, el INAES decidió subsidiar con fondos públicos un negocio privado.
«Y con esa mala costumbre que tenemos algunos de revisar los destinos de la plata de todos los argentinos, vimos otro subsidio del Instituto y de igual monto: 40.000.000 de pesos. Era para la novata Cooperativa de Trabajo Pichuco, cuya matrícula fue otorgada el pasado año, destinado a la compra de “equipamiento para la producción audiovisual de luz y sonido.
«¿Y a qué se dedica la nueva Coope? A brindar servicios al “Torquato Tasso”. Su presidenta es Daniela Volpe, encargada del control de gestión de la misma Asociación Filantrópica Italiana que visitamos, y el secretario es Sacha Chornobroff, jefe técnico en el Torquatto Tasso. Se trata de 80.000.000 de pesos, a los que habría que descontar un 30% de “gastos de gestión”, para un emprendimiento de explotación lucrativa y privada. Punto final».